San Blas Nayarit, la Ironía del Bicentenario
Claudia Isela
San Blas, siendo uno de los puertos históricos más importantes en los pasajes de la Independencia y estando primordialmente ligado a esa lucha de nuestro País para obtener libertad, hoy, a doscientos años en el célebre Bicentenario, se encuentra desesperadamente olvidado.
Gobernantes federales difícilmente voltean su vista hacia este lugar, el Gobierno del Estado medianamente lo considera, aún siendo parte de la popular Riviera Nayarit, y los gobernantes locales lo ignoran por completo; Así pasa la vida en este relegado rincón portuario, con avenidas llenas de hundimientos profundos y amplios, con calles oscuras de noche a falta de alumbrado publico, con epidemias de dengue, hepatitis y conjuntivitis que no se erradican pronto en sus habitantes.
Así pasa la vida en esta cabecera municipal de Nayarit, desconsiderada por quienes derrochan dinero para cosas innecesarias por una parte y, por otra dejan de hacer lo que la ciudadanía precisa. Nadie, nadie se hace responsable entre los gobernantes del municipio para hacer lo oportuno, nadie de ellos coordina a la ciudadanía a trabajar en equipo por este relegado lugar, todos se sienten agredidos por las criticas de quienes escriben o hablan de este respecto, pero nadie hace lo propio por golpear con guante blanco a estos reproches. Últimamente la Sociedad Civil bien organizada a puesto el ejemplo de iniciativas dando realce a nuestro Puerto, sin embargo nutridamente la gente opina que no es posible ocuparse solitarios en algo que a todos corresponde y también a la participación comprometida del gobierno. Dinero dicen que falta y nunca hay, pero se ve malgastando en absurdos, mientras la gente carece cada vez más de lo indispensable., no es comprensible que un San Blas siendo el único municipio del estado naturalmente hermoso, con zonas arqueológicos, monumentos históricos patrimonio de la Nación, tradiciones excepcionales, espacios religiosos culturales y con una gastronomía extraordinaria, además de ser módico en costos a diferencia de otros puntos turísticos de nuestra entidad, carezca primero del apoyo en obra para crecer y luego de difusión constante para la visita de turistas que buena falta hace para su prosperidad económica.
Hoy, es una verdadera lastima y una tristeza, que a doscientos años de la lucha de Independencia en nuestro País y en la que San Blas formó parte trascendental, pasa el Bicentenario sin pena ni gloria para lo grande que significa en la historia de México.
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